El viaje de los Premios APé 2019
El destino era Escocia, pero las circunstancias de este año han modificado por completo los planes. No obstante, el cambio de rumbo a tierras gallegas ha sido de gran acierto. Nos lo explica en este artículo Ana Dubon, que disfrutó del viaje acompañada por su marido. Este es su particular cuaderno de bitácora.
El plan inicial era Escocia, un lugar en el que vagar por sus carreteras ondulantes, sus famosos castillos, islas remotas, lagos de leyenda… pero las circunstancias que a todos nos afectan nos hicieron replantear el destino. Buscábamos una zona que nos proporcionara unas experiencias similares y acabamos en Galicia, tierra de tonos verdes, pero además con playas paradisiacas, clima impredecible y gran gastronomía.
MAPI, la embajadora de los Premios APé, plasmada por sublimación en un ligero y suave cojín que ha acompañado a Ana Dubon durante todo su viaje por Galicia.
En 2019, Diseño y Producción Dubon, S.L. fue galardonada con dos trofeos en los “Premios APé a las diez mejores aplicaciones gráficas” que cada año organiza la revista APdigitales. Además, la suerte nos fue favorable y nos llevamos el gordo, el viaje a Escocia patrocinado por APé. Con el fin del confinamiento empezamos a plantearnos la posibilidad de disfrutar del premio, pero la realidad se impuso y con el cierre de fronteras, tuvimos que buscar un plan alternativo. Todo fue sobre ruedas cuando planteamos cambiar el viaje a un destino nacional y así, además, la dotación económica quedaría en nuestro país.
Cuaderno de bitácora, Rías Bajas
Buscando una experiencia diferente decidimos alojarnos en un barco atracado en Moaña. La ultima línea del pantalán nos asomaba a la ría y a la ciudad de Vigo. Así, amarrados y flotando desayunábamos todos los días planeando la escapada de día.
La zona del Morrazo, apresada entre las rías de Vigo y Pontevedra, es una tierra donde los frondosos bosques se alternan con playas de dunas y pinares, recónditas calas, acantilados eternos, donde un mar de infinitos azules golpea con gran fuerza.
Cabo Home coronado por un esbelto faro de color blanco, es el punto terrestre más cercano a las Islas Cíes. Nuestro destino para disfrutar la puesta de sol, tras pasar la tarde en playa de Barra.
En la Ría de Aldán, se esconden más de 20 playas de fina arena y agua cristalina. Recorriéndola a bordo del mejillonero “O que faltaba”, pudimos disfrutar de su paisaje costero. Fito, el capitán del barco, nos relató la cultura “mariñeira” de la zona, mientras navegábamos entre miles de mejillones suspendidos de sus bateas.
Amanece nublado, con una débil lluvia, que nos invita a recorrer la ciudad de Pontevedra. Nos perdemos por sus callejuelas, saludamos a Valle Inclán, cotilleamos el precio de los percebes en el mercado de Abastos y le dedicamos un “hasta luego” desde uno de sus puentes.
Seguimos hacia Arousa y Cambados. Nos empapamos de la cultura del Albariño, recorriendo el Pazo de Fefiñanes y encontramos rincones sorprendentes como la Torre de San Saduriño y la playa de Burato.
Ponemos rumbo sur, admirando la extensión de los arenales, llegamos hasta Bayona. Deambulamos por el casco Antiguo y la península de la fortaleza de Monterreal, donde con suerte y paciencia puedes llegar a avistar ballenas.
No pudimos evitar el madrugón, y embarcamos desde Vigo hacia las Islas Cíes. Sencillamente impresionante: naturaleza costera en estado puro.
Cuaderno de bitácora, Ría de Noya y Costa da Morte
Una previsión del tiempo favorable nos anima a poner rumbo norte en modo “road trip”. Recorremos la vertiente sur de la Ría de Noya, los vestigios de la antigüedad del Casto Baroña y las esplendorosas dunas de Corrubedo. En la vertiente norte, nos esperaba la infinidad de la playa de Carnota y la cascada de la desembocadura del Xallas.
Proseguimos por unas carreteras cada vez más serpenteantes y una costa plagada de faros que se va tornando cada vez más salvaje. Parada obligada es el faro de Finisterre, el que por mucho tiempo se consideró el lugar más occidental del mundo conocido.
Nos alojamos en Nemiñe, donde las praderas de ganado llegan casi a fundirse con la arena de la playa. Playas con olas perfectas en las que disfrutar del surf, si el frío de sus aguas cristalinas no te lo impide.
Desde Cabo Vilán hasta Camelle, la carretera se convierte en una pista de tierra, los parajes están prácticamente despoblados y el mar continúa regalándonos paisajes de postal.
En Laxe, regresamos a un entorno más urbanita. Seducidos por imágenes de Pinterest sobre la playa de los cristales, topamos con un sendero que va de balcón en balcón sobre la Costa da Morte. Una mención de honor gastronómica merece el restaurante “Apracería”, cocina de producto con combinaciones sorprendentes y creativas.
Cuaderno de bitácora, cierre en el Bierzo
Quisimos poner un broche final dividiendo el trayecto de regreso. Elegimos con acierto el gastrohotel “El Tiempo Recobrado”, desde donde visitamos Las Médulas, un espectacular paraje natural declarado Patrimonio de la Humanidad, formado por colinas rojizas que despuntan en un enclave lleno de castaños centenarios. Tras varios recorridos, nos dimos el último baño del viaje, en la playa fluvial de Cacabelos.
La ruta culminó en Las Médulas, impresionante paraje natural declarado Patrimonio de la Humanidad.
Agradecemos a la revista APdigitales este premio que sin duda hemos exprimido y disfrutado. El trabajo duro y la creatividad recibieron la mejor de las recompensas, un viaje repleto de experiencias inolvidables. Sabemos que Escocia nos hubiera encantado, pero nos sentimos muy satisfechos de haber apoyado el turismo nacional y de haber podido explorar Galicia, una región que no conocíamos y a la que sin duda volveremos.
Ana Dubon
www.anadubon.com
*Reportaje publicado en exclusiva en la revista APdigitales #54